Andrés
Bello es el máximo intelectual venezolano
La
obra de Bello en su amplitud y profundidad comprende: Sus poemas y silvas, El
análisis ideológico de los tiempos de la conjugación castellana, su Gramática
castellana, “destinada al uso de los americanos”, en su propio decir, y
reputada por Amado Alonso “como una de las mejores gramáticas de los tiempos
modernos en cualquier lengua”, su Gramática latina, su Filosofía del
entendimiento.
La Gramática de la lengua
castellana de Andrés Bello se
presenta, en primer lugar, como una reacción frente a la "grammaire
générale ou raisonnée", la gramática ideológica y logicista. Pero no es
una reacción practicista (como la de su contemporáneo Vicente Salvá), sino
fundada en una doctrina amplia y sistemática. La proposición no es para él
"la enunciación de un juicio", sino de un pensamiento completo; la
proposición no se organiza en torno a un sujeto, nexo y atributo (todavía en el
siglo XIX "Sócrates piensa" era reducido a "Sócrates es
pensante"), sino en sujeto y atributo (su atributo es
lo que hoy se acostumbra a llamar predicado, es decir, todo lo que se afirma
del sujeto).
Las categorías gramaticales no
corresponden al mundo objetivo, sino al del lenguaje: el género, por ejemplo,
no tiene nada que ver con el sexo de lo designado, sino con la concordancia con
el adjetivo. Su segundo gran principio es la deslatinización de la gramática
castellana. Es decir, a diferencia del latín, no existe en castellano la
declinación de los nombres, ni la voz pasiva (sólo "construcciones
pasivas"). Bello introdujo además una terminología nueva para los tiempos
verbales (por ejemplo, copretérito en lugar de pretérito imperfecto). Con el
mismo criterio sostuvo (desde 1823) la necesidad de una reforma ortográfica que
atendiera a la pronunciación culta y no a la etimología.
La gramática de Andrés Bello es
funcional: partiendo del análisis sintáctico de la oración, deduce siete
partes: sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio. preposición, conjunción,
interjección. El artículo es un adjetivo que ha perdido significación. El
pronombre desempeña las funciones propias del sustantivo o del adjetivo, y no
está "en lugar del nombre", sino que meramente indica la persona
gramatical. El infinitivo, el gerundio y el participio son "derivados
verbales", con algunos rasgos propios del verbo, pero funcionalmente el
infinitivo se desempeña como sustantivo, el gerundio como adverbio y el
participio como adjetivo.
Enseñar a
hablar y escribir correctamente fue una parte del ideal civilizador de Andrés
Bello. "Juzgo importante -afirmó en el prólogo a la Gramática- la conservación de la lengua de nuestros
padres en su posible pureza, como un medio providencial de comunicación y un
vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español derramadas
sobre los dos continentes". Marcelino Menéndez Pelayo llegó a decir que Bello fue "el
salvador de la integridad del castellano en América".
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